miércoles, 25 de abril de 2012

ENSEÑAR CON PACIENCIA. 3,10-4,8.

              10Tú, en cambio, seguiste asiduamente mi enseñanza y mi manera de vivir: mis proyectos, mi fe y paciencia, mi amor fraterno y mi aguante 11en las persecuciones y sufrimientos, como aquellos que me ocurrieron en Antioquía, Iconio y Listra. ¡Qué persecuciones padecí! Pero de todas me sacó el Señor; 12y lo mismo: todo el que se proponga vivir como buen cristiano será perseguido. 13Esos perversos embaucadores, por su parte, irán de mal en peor, extraviando a otros y extraviándose ellos. 14Tú mantén lo que aprendiste y te convenció; recuerda quiénes te lo enseñaron 15y también que desde niñó conoces la Sagrada Escritura. Ella puede instruirse acerca de la salvación por la fe en el Mesías Jesús.
             16Todo escrito inspirado por Dios sirve además para enseñar, reprender, corregir, educar en la rectitud; 17así el hombre de Dios será competente, perfectamente equipado para cualquier tarea buena.
4           1Delante de Dios y del Mesías Jesús, que ha de juzgar a vivos y muertos, te pido encarecidamente, en nombre de su venida y de su reinado: 2proclama el mensaje, insiste a tiempo y a destiempo, usando la prueba, el reproche y la exhortación, con la mayor comprensión y competencias; 3porque va a llegar el momento en que la gente no soportará la doctrina sana; no, según sus propios caprichos, se rodearán de maestros que les halaguen el oído; 4ser harán sordos a la verdad y darán oídos a las fábulas. 5Tú no pierdas nunca el control, soporta lo adverso, trabaja en propagar la buena noticia y desempeña bien tu servicio, 6pues por lo que a mí toca, estoy para derramar mi sangre y no me falta mucho para soltar amarras. 7He competido en noble lucha, he corrido hasta la meta, me he mantenido fiel. 8Ahora ya me aguarda la merecida corona con la que el Señor, juez justo, me premiará el último día; y no sólo a mí, sino también a todos los que anhelan su venida.

EXPLICACIÓN.

3,10-4,8.      Pablo se propone como ejemplo a Timoteo. Su insistencia muestra que siente cierto temor por la inseguridad de éste. Conocimiento de la Escritura, es decir, del AT, al que atribuye una validez total sin distinciones. El hombre de Dios, cf. 1 Tim 6,11 (10-17).

                    Vuelve a estimular a Timoteo a la actividad, tanto más necesaria cuanto que el mal va a proliferar (4,1-4). Derramar mi sangre, cf. Flp 2,17. El fruto de la dedicación (5-8).

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